Fight For This Blog If it's worth reading, it's worth fighting for.

Creo en muchas cosas contradictorias. No sé si esto se debe a que soy géminis o simplemente un poco mongo. También hago y digo cosas que no tienen nada que ver las unas con las otras. Defiendo mi derecho a considerarme lo mejor y lo peor. Y a serlo también. Quiero ser tu respiro, tu libertad y la cuerda que te ahoga al mismo tiempo. Soy Marta Sánchez y La Mala Rodríguez. O Julie Zenatti y Courtney Love.

Soy un choni al que le molan los cuellos de pico, las zapatillas de deporte sucias, las cruces y las calaveras (símbolos de quimera, te perdíiiiaugh), los vaqueros gastados, las camisas de flores bien apretadas, los tíos rapados o directamente calvos, un poco osos, un poco musculocas. Un musclebear de toda la vida, vamos. Con barba. Y sin pendiente, mejor. No me mola que los tíos lleven anillos, gafas de modernas, pelo largo, pantalones cortos o pitillos. Y me da asco que se depilen.

No soporto el alcohol. Nada. Estos días en Suecia Bree había comprado sidra con sabor a frambuesa y un 3% de alcohol (la llamamos Bree por algo). Cuando sacó las latas del frigo Mary Alice y Lynette se miraron frunciendo el ceño sin saber si llorar o reír. Yo empecé a beber y no pude darle más de tres tragos. Puaj. “¿Bree, dónde está el zumo de naranja natural?”

Me encanta el porno. Hasta he pensado en presentarme a algún casting. Darling, it is no joke.

Odio y amo. No conozco otros sentimientos. No me interesan. Mi corazón puede serte fiel toda la vida si quieres que así sea y también puedo condenarte a mi lista negra si te equivocas demasiado. O una sola vez con demasiada mala leche. Últimamente he estado escribiendo declaraciones de amistad a una decena de amigas por ser las mejores personas del universo. Las he leído en voz alta y alguna vez me he emocionado. Y también me he vuelto a cruzar con un hijo de puta que al saludarme ha recibido una respuesta del tipo: “Que ésta sea la última vez que me saludas, mierda”. Lovely.

Creo mucho en Dios. Y a veces creo que Dios cree en mí. Rezo todos los días. Y a veces, a todas horas.

No me gustan los animales. Odio los gatos en particular aunque me he sorprendido acariciando a Ti Punch o Peu Cher tumbados en mis rodillas. Pero lo hago porque ellos son los primeros gatos oficialmente maricas del mundo. Y O.D.I.O. cuando llego a una casa y un perro viene a saludarme saltando y restregándose a mis piernas mientras el dueño le ríe la gracia y busca en mí una reacción cómplice o divertida. But wait, like… I don't get it.

Lo hago todo con música. Todo. Y puedo escuchar la misma canción 923762366 veces seguidas. Ayer Lady Guerra vino a cenar a casa y no se podía creer que hubiese escuchado La Candida de Alizée casi 100 veces seguidas pocas horas después de haberse filtrado. Afortunadamente, el lastfm está ahí para demostrar que no miento.

Y es que, a pesar de algunos horrores aquí mencionados, ¿a quién amarás si no es a mí?