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Alizée tomó la mejor decisión de su vida separándose del dúo Farmer-Boutonnat hace 5 años. Mientras estos dos siguen apostando por lo seguro y proponen el mismo álbum lustro tras lustro confiando en la devoción ciega del medio millón de fans que tienen, Alizée arriesga con sonidos y estilos nuevos, a caballo entre el pop, el indie y el indie pop, haciendo discos con un determinado concepto (no sabéis lo que me gusta un concepto a mí, que soy todo concepto) que podrá gustar más o menos pero que hace que cada album sea distinto del anterior. Esta vez ha trabajado con lo mejor del pop-electro-indie francés en un álbum que narra la vida de Edie Sedgwick, modelo, actriz y sobre todo musa de Warhol cuya vida acabó de forma trágica en un mundo de drogas, anorexia, sexo y fiestas que, la verdad sea dicha, ya lo quisiera yo para mí.

¡Entrad en Spotify ya!

Eden Eden: Una joya voluntariamente, deliberadamente y absolutamente retro que homenajea a gente como Jeanette Porquétevas, quien sirvió de inspiración para este álbum. También tiene la particularidad de ser cantada por un robot porque, honestly, yo no distingo su voz con TANTO filtro. La típica canción que cantarías montado en un carrusel mientras te tomas un helado. La típica canción que cantarías mientras corres por el campo con una cesta de flores en mano. La típica canción que contaría cómo era tu vida antes de que decidieses dejar tu pueblo y mudarte a NY para convertirte en la musa de Warhol y meterte de todo.

Les soleils mourants de ces ciels voilés sont mes adieux en grand.

Grand Central: Belén, campanas de Belén. La canción empieza recordándote que la Navidad siempre está ahí (no será Britney quién niegue esto) y no tarda en convertirse en un temazo que cambia de melodía cada 25 segundos. En muy de bailarla sin tomarte en serio (o sea, es lo contrario de un tema de Lady GaGa), la mitad de su letra está compuesta de “parapás” y “laralás”, tiene una parte hablada que cuenta cómo Edie se gastaba la pasta yendo de compras y hace rimas en “u” evitando la más tentadora con una de las palabras francesas que acaban en esa vocal, cul. De mis favoritas.

J’ai faim, mon Dieu, j’ai faim!

Limelight: Su primer minuto justifica la existencia de Alizée. Limelight es de esos temas que un artista solo tiene una o dos veces en su carrera, cuando parece que es el cantante quién ha nacido para cantar el tema y no que el tema haya sido compuesto para el cantante. No te da ganas de lanzarte a la pista de baile y darlo todo. Su efecto es aún mejor: te hace tumbarte en el sofá y soñar. Sintética. Atmosférica. Triste. Es muy de primer beso. Y muy de último beso también.

Burning waves of ecstasy. Oui.

La Cándida: Esos orgasmos largos, en los que, cuando crees que te has corrido, te das cuenta de que lo mejor está por venir, que disfrutas el triple porque llevas tiempo sin tener uno, que compartes con la persona que más quieres y que más te quiere, que hacen que en unos segundos veas toda tu vida pasar, que hacen que te de igual morirte cuando acaben. Eso es La Cándida. Eso y más, mucho más.

¿Feliz tú sin mí? ¡Oh, Dios, no podrás! Vives aquí…

Les Collines (Never Leave You): Después de las cuatro mejores canciones de todos los tiempos, el nivel del album baja un pelín con el que, jatetú, puede ser el tema más Farmer del álbum. Las estrofas molan mucho pero el estribillo se me hace hasta molesto con tanta repetición y eructo. Cuenta cómo después de volverse loca con tanta droga, tantas compras y tanto Warhol, Edie decidió volverse a casa, estar con los suyos y ser quién era antes de conocer la fama. Lamentablemente, ya era demasiado tarde. ¿Alguién ha dicho Frances Farmer?

New York, I’m sorry. I loved you so but I have to go.

14 Décembre: Un poco plana, sólo logra despegar en el estribillo. El resto es como comer yogur con pan mojado en sopa. La cosa es que al llegar a este tema te das cuenta de que Alizée tiene el gran mérito de ser la primera cantante ever que hace un disco en el que no escuchas su voz sino un ser que canta de fondo mientras el autotune y un buen puñao de filtros hacen el resto.

Ma vie, sous un feu nourri de regards… soir après soir.

A Cœur Fendre: Me recuerda a los primeros discos de Mecano. Parece que en cualquier momento va a salir Vicky Larraz presentándolos en Tocata. Es un tema un poco esquizofrénico porque las estrofas tienen un punto naïf, buenrollista, juguetón y los estribillos son melancólicos, Farmeristas, Belyzelistas. Termina de forma abrupta en una especie de susurro que te hace pensar que es así como deberían terminar todas las canciones del universo.

Sans toi le monde vacille, succombe. Il gèle à cœur fendre. J’ai froid.

Factory Girl: Tiene un rollo Pet Shop Boys cuando dejan de ser fiesteros y desenfadados para volverse inquietantes y serios. Me flipa el ambiente un tanto asfixiante que crea el tema, como si al escucharla estuvieses andando por la calle para ir a un entierro y la ciudad estuviese pintada en blanco y negro. Imagino lo jodidamente buena que habría sido si la hubiese cantado una cantante de verdad con un mínimo de capacidad interpretativa. Por otro lado, no hace falta saber francés para entender que la vida de Edie ya era todo caos, decadencia, solución final.

C’est la fin de la ballade pour adorable ado.

Une fille difficile: WTF. Puede que sea el único tema que no me guste del album. Parece producido por Carlos Jean. Eso sí, por primera vez es posible reconocer la voz de Alizée que deja de estar ahogada en la producción del álbum y te das cuenta de que justamente, debería haber seguido ahí, en la nada, porque Dios, ¡qué fea suena en este tema!

Ecoute, reviens, pardon, tu sais, je t’aime, oublie.

Mes fantômes: Otra de mis favoritas, quizás porque me recuerde un poco a las composiciones y producciones de Olé Olé, juas. Mola que por mucho que la vida de Edie terminase bastante mal (o bien, depende de cómo lo quieras ver: murió a lo Marilyn, a lo Carmuca, cuando tenía 28 años), el álbum acaba con un tema bastante positivo y no excesivamente melancólico. Como si después de irte, sólo quedase lo bueno. Como si pudiésemos superar nuestras miserias pensando que algún día alguien nos dedicará un disco celebrando que fuimos hijos de nuestro tiempo.

Oh, mes instants, mes incendies, mes drames éclair, mes incidents, mes siècles.

Cualquiera que me conozca sabe la relación tan peculiar que tengo con la música. Con “peculiar” no me refiero a eso que tenemos todos de “ay, no puedo vivir sin música”. Lo que quiero decir es que yo, cuando un artista o un álbum en particular me mola, soy incapaz de escuchar otra cosa; los demás cantantes se trasladan a una especie de limbo en el que todos los artistas del mundo (excepto uno, aquél que escucho de manera enfermiza) esperan a que venga un dedo mágico que les diga que han sido el elegido para ser escuchado de forma exclusiva por mí. Por lo tanto, viví un momento de auténtica tensión cuando caí en la cuenta de que Julie Zenatti, Alizée, La Mala Rodríguez y Christina Aguilera habían decidido joderme la vida sacando disco en el mismo mes; éste. ¿Cómo iba a darme tiempo a escuchar (y disfrutar) en un mes lo que tardaría en saborear dos años tranquilamente? O peor aún, después de haber escuchado estos discos, con Zazie en tierra de nadie y el forthcoming refritos apestoso de Marta, ¿qué es lo que me queda por disfrutar este 2010? Ah, ya, el álbum de Nadine “Diney” Coyle. How fun.

Marzo empezó con Julie Zenatti regalándonos una delicia para nuestros oídos en forma de cd. No haré una review de él porque nadie se la va a leer pero si os querréis correr del gusto, entrad en spotify y disfrutad de Plus de Diva como yo y otras 30 personas hacemos. Luego, se filtró el Enfant Du Siècle de Alizée del que hablaré cuando haya leído las letras porque ahora mismo he escuchado el álbum unas 500 veces y sólo entiendo lo que canta en La Cándida y que en Grand Central dice la palabra “policier”. Eso sí, puedo asegurar que después de escuchar este discazo, si yo fuese Mylène Farmer, estaría dándome cabezazos contra la pared. O tropezándome por ahí. X sii fuera pocO, l marts, sa_mAla, strenO nueVo tema$$o. Nadiie $aBia nda d el xq la mu $orrOna la yebao to cn muxO scretis$smO xo l vrdad s k a sio 1 peasO temAa xq La_mAla s desas aRtistas q mjora con ca disco q $aKa y si MalaMariiismO fue 1 oBra d aRrte, ste n va a sé - . MuxOs fan$ puRetas stan criticndO l sOnidO technO-elektrOnikO de N Pids Prdon, xo lO k yO creo s k cn ste tema, la_mAla, ade+ d firmAr 1 d las mjors letrs d su karrera, sadaPta a nuevAs mOdA$ y tndnciAs sin djAr dlao su e$$encia.

Y luego está Christina Aguilera.

Christina montó un hype que ni te cuento acerca de su próximo álbum. Muchos fans decepcionados están ahora justificando su desencanto diciendo que éste es causa de la campaña de vídeos virales de la Iamtuputamadre ésa. Los cojones. El hype lo montó Christina solita diciendo que estaba trabajando con Santigold, M.I.A., Sia, Ladyhawke y otra gente igual de cool, alejándose de Timbalands, Guettas, Black Eyed Peas y mierdas del estilo. Todo Dios (su fanbase y algún fan de Britney) se preguntaba con qué nos saldría esta vez la niña y todos esperábamos algo diferente de lo que se escucha hoy en día en la radio. Vale, sí, después salieron los vídeos virales pero, seriously, ¿de verdad alguien pensó que eso podría ser Christina?

El caso es que el martes sale la portada del single. Mierda. Christina vestida de puta. ¿No tuviste bastante con Stripped? ¿Acaso crees que puedes seguir jugando en una liga en la que ya la cosa no está entre Britney y tú sino entre Britney, GaGa, Beyoncé, Ke$ha, Rihanna, Taylor y Katy? ¡Esas no tardan 4 años en sacar un tema producido por el mismo productor de todas! Porque encima, el productor del tema ha trabajado ya con todo el mundo y su sonido tiene poco de alternativo o novedoso. El miércoles sale la letra de la canción. Mierda. Ni Madonna tiene tantos clichés reunidos en un mismo tema. Tan predecible, tan impersonal, tan 2001. Y ayer salió la portada del álbum. DIOS. Christina Aguilera vuelve a ser DIOS. Vuelve a ser mi cantante favorita. Portadón. Se confirman las colaboraciones del disco. We’re safe and sound and she’s untouchable.

La única explicación que encuentro a todo es que sea cierto eso de que grabó el single hace pocas semanas, por lo que se supone que, al ver un álbum tan conceptual y poco vendible, la discográfica la cogió por los pelos y la obligó a grabar el primer tema comercial que pillaron en un cajón del productor de Boom Boom Pow. Todo muy popstitutes. El hecho de que Christina no haya participado en la composición del tema (con lo artista que es ella, que lo hace todo y a veces hasta lo hace bien) apoyaría esa teoría. Sea como sea, espero que ésta sea la única vez que RCA ponga sus sucias zarpas en el disco y que no se cambie lo que se nos tenía prometido por un Rated C. Lo espero y lo suplico.

Porque durante dos días no he podido dormir pensando que acabarían dándonos un disco repleto de The Dreams, Danjas, Bloodshys y RedOnes con un bonus track de Sia para iTunes en Checoslovaquia. Juas.



Tu ressembles à toutes celles qu’on dévisage en passant.

Me envía el sms más bonito e inesperado de todos los tiempos. Me trago las escaleras del piso yendo a recargar la tarjeta al Sainsbury's que hay al lado de casa. Lo llamo. Hello, hello, baby, you called… I can’t hear a thing. Hablamos. ^^. La Cándida. Tengo ganas de verte. Yo más. No, yo. ¿Qué te han regalado? ¿Qué me vas a regalar tú? Hace una broma. No me hace gracia. Me pongo borde. Se pone borde. Chronic dissatisfaction; that’s what we have. Bueno, mejor lo dejamos y ya hablamos otro día. Sí.

No va a tardar ni 10 minutos en enviarme un sms y no le voy a contestar. ¿Chulo tú? Chulo yo, chulo. Me lo mandará mañana. Hoy me lo manda. Hijo de puta. Si se lo mando yo todo se arreglará. No se lo voy a mandar. Se me está gastando la batería y la tengo que recargar por si me manda el sms mientras el móvil esté apagado y tarda en llegarme cuando lo encienda, no vaya a ser que se piense que he pasado de él. ¿Chulo yo? JUAS. Que no se me olvide el móvil. Putain de merde, me lo he dejado en casa. London, de Paul Smith. Gracias. Is he out in the club? Is he sippin’ that bub? Ahora vengo.

Chandler, ¿me guardas el móvil? ¿Tú no tienes bolsillos? Jopelines, es que no me gusta llevar nada en los bolsillos. Si suena o algo me lo dices. No, yo no bebo, gracias. ¿Quién ha traído la tarta de chocolate? Eva está en Málaga. La odio. ¡MANUUU, FIGHT FOR THIS LOOOOOOVE! Phoebe está borrachísima, tía. Marine le ha dado un cabezazo bailando y tiene el labio sangrando. Tío, la bollo me ha hecho una foto. I’m just at a party and I’m sick and tired of my phone NOT ring-ing. Oye, Chandler, ¿me pasas mi teléfono? Rien du tout, nada, que dalle.

Bueno, ¿qué sabes de él? :D Ah, pues todo bien. Ayer estuvimos hablando y bien, jeje. Tengo ganas de verlo. Qué guay. Sí, tía, jeje… me quiero emborrachar. Pero si tú no bebes. Hoy sí. Günter, ¿qué os queda? I left my hand and my heart on the dancefloor. Te lo juro, tía. Dice Phoebe que se quiere quedar otro año más en Bristol. ¿Pero no decía el otro día que se iba a Madrid? Las 5, tía, me voy pa mi casa. Hala, hala, mañana otro ratito.

Domingo de mierda. MOAIA y Julie Zenatti todo el puto día. Ni Cándida ni nada. Teatro. Nada. ¿Le envío algo como si no hubiese pasado nada? Es que, cojones, tampoco ha pasado nada. Bueno, no, sí que ha pasado. Nada. 00h53, me tengo que acostar. Nada. 01h17. Putain, je dois aller dormir. 01h40. Je vais dormir.

Lunes. Pfff.

Definitely, I’m kinda baisé.

Se conocieron hace tres años. Los dos tenían pareja; él llevaba casi 2 años con una chica y ella más de 6 con su novio. Pero pasó lo que tenía que pasar. Y fueron muy felices durante casi dos años. Se podría incluso decir que fueron las personas más felices durante ese tiempo.

Mais un jour ella sintió la necesidad de volver a España. Tenía un título universitario y no quería pasarse el resto de sus días siendo una dependienta aquí. Al principio su amor por él le hacía aparcar esa idea en un rincón de su mente y hacer como si no existiese. Actuó así durante mucho tiempo hasta que un día se hartó y se dio cuenta de que tenía que escoger entre ser feliz y estar con él. Después de hablarlo mucho, decidieron que lo mejor era que se marchase.

Llevan manteniendo una relación a distancia desde hace 8 meses. Pero eso no es lo chungo. Lo chungo es que saben que su amor está condenado al fracaso. El no irá a vivir allí. Ella no volverá. Una llamada diaria y un fin de semana cada dos meses es todo lo que tienen para disfrutar - ¿disfrutar? - de su amor.

Cuando el domingo pasado ella se fue, él me dijo que habían llegado a la conclusión de que estarían juntos hasta que alguno de los dos conociese a alguien. Wow. Yo entendía que esa sería la única forma de que lo suyo acabase y que volviesen a retomar una vida más o menos normal pero me pareció muy fuerte que ellos mismos lo pensasen… y lo aceptasen.

Seriously, me volvería loco estando en el pellejo de cualquiera de los dos, sabiendo que la cuenta atrás ha comenzado, que es cuestión de tiempo que eso muera, que los dos hemos firmado la sentencia de muerte de lo que en estos momentos aún nos hace vivir.

Y luego, después de casi escandalizarme, pensé; ¿no es ése el acuerdo tácito que toda pareja firma al empezar una historia?

Ayer por la tarde volvía de dar una vueltuqui por el centro con Monica, Chandler y Phoebe cuando enciendo el ordenador y me avisan de que se ha filtrado (pero que nadie lo encuentra) Une Enfant du Siècle, el nuevo álbum de Alizée que sale dentro de dos semanas. Me volví loco buscándolo porque si hay un disco que espero este 2010 (christinawhoami aparte), ése es el niño del siglo de Alizée.

Cuando lo tuve (colgando) en mis manos gracias a Enric, fui directo a ella; La Candida. Las previews de amazon me habían hecho pensar que, a pesar del pavor que en un primer momento me dio imaginar que Alizée cantase en español, este tema sería mi favorito. No en vano me pasé un día entero en Londres la semana pasada berreando los 30 segundos de preview en modo repeat a las pobres Scary, Baby y Posh que acabaron hasta el coño de mí, de la canción y de Londres. Así que le di al play y esperé a ver qué pasaba...

Tuve los pelos de punta durante dos minutos y quince segundos.

Llevaba años sin escuchar una canción que me provocase tal efecto. Ni promises ni fights. Ni rosas ni juguetes. Me dieron unas ganas enormes de salir a la calle y disfrutar de la ciudad con el tema en el iPod. Y también me dieron ganas de morirme porque sé que tendré que esperar siglos a que otra canción me haga sentir lo que sentí.

Quería besar, hacer el amor, decir “te quiero”,…

Pero al final, lo que hice fue esperar a que diesen las doce y enviársela por email para desearle eso que hoy le estará deseando todo dios.
Y para decirle que esa canción es nuestra.

Tú no me engañas
Piensas en mí.

Yonosoygay está preparando una macrofiesta en su casa (mansión) en Bruselas este verano y me ha avisado con tiempo para que vaya reservando un billete en caso de que me encuentre en Málaga por esas fechas. También me ha dicho que puedo ir con mis amigas del instituto ya que ha invitado a mucha gente de aquellos tiempos. Yo he aceptado ir y enseguida se lo he comentado a mis chicas, para ver si venían conmigo. Su respuesta ha sido un “NO WAY” como una casa. La verdad es que me ha extrañado que todas reaccionen con tanta negatividad y cara de asco (no les he visto las caras pero sus voces sonaban a poner cara de asco) pero hablándolo con Bree me he dado cuenta de porqué. Y de muchas cosas más. Jijí.

Bree me aseguró que no quiere ir a verle la cara a la gente que, según ella, se las hizo pasar canutas durante 6 años. Le intenté hacer ver que se estaba poniendo muy drama queen ya que si bien es cierto que no era la chica más popular, tampoco formaba parte del grupo de marginados oficiales. Ella contestó que nunca se había sentido integrada en el instituto y esto me indignó mucho así que me puse a gritar como sólo yo sé algo parecido a: “¿Qué tú no estabas integrada? C'mon, Bree, ¿piensas que yo me sentía integrado? ¡Si era el marica oficial del colegio!”. Y Bree, muy tranquilita ella, soltó algo así como: “Et alors? Tu étais Manu!”.

Es verdad, tía. J’étais Manu.

Empecé a pensar en cómo mi vida en el instituto había cambiado curso tras curso:

Al principio era un marica gordo, feo, con medio bigote, con malas notas y sin amigos. Nadie me invitaba a fiestas ni al cine. No sabía qué hacer con mi vida y sentía que sólo les importaba a mis padres. Pasaba la mayoría de los recreos leyendo en la biblioteca o solo en un rincón del patio y aguantaba que la mayoría de los chicos se metiesen conmigo. Tenía 13 años. Escuchaba a Mylène Farmer.

Luego tuve un cáncer que me hizo cambiar. Mazo. La enfermedad no me dejaba mucho tiempo para disfrutar de la vida así que pasaba el tiempo encerrado en casa estudiando. Mi meta era ser el primero de la clase y en un par de meses lo conseguí. Al acabar la quimio decidí perder peso y dejé de comer. Literalmente. En unos 4 meses perdí casi 20 kilos. Entre la pena que daba el cáncer y los nuevos índices de popularidad que el cambio físico y las buenas notas me aportaron, algunas personas empezaron a acercarse a mí y por fin supe lo que era la amistad. Estaba guapo, delgado, tenía buenas notas y un puñado de amigos. La gente no se atrevía a meterse conmigo porque empezaba a cerrar bocazas con una mirada. Todo se resumía en querer ser mejor y más que los demás. Y en serlo. Tenía 16 años. Escuchaba a Madonna.

Y pasó el tiempo. Entonces era guapo, tuve mis primeros rollos con chicos, sacaba las mejores notas de la clase y del curso entero, les molaba a las chicas, hice que un par de chicos se diesen cuenta de que eran maricones, me dieron el papel principal en la obra de fin de curso, una profesora me escribió una carta diciéndome que estaba convencida de que haría algo grande y, cherry on the cake, el director del colegio me dejaba llevar un piercing por mucho que estuviese prohibido. Supongo que lo hizo parce que j’étais Manu. Mis amigos y yo formábamos el grupo más cool del instituto y la gente ni sentía la necesidad de meterse conmigo. Recuerdo el último curso como uno de los mejores años de mi vida. Tenía 18 años. Escuchaba a Christina Aguilera.

Ya sabéis; like your oldest friend, just trust the voice within.

Y me dice algo como: “Putain, mec. Tu es Manu!”.

Love me, hate me
Say what you want about me
But all the boys and all the girls
Are begging to fuck me.

Mi amigo Blond Ambition vino el fin de semana pasado a visitarme y el pobre se fue con la confirmación de que soy un auténtico retarded de tanto que le puse el disco de Chezza.

Antes de irse, me enseñó lo que era chatroulette. Ligamos con unas chicas y cuando menos se lo esperaban nos empezamos a liar delante de la cam. Hola, tenemos 14 años. También me hizo conocer la página viedemerde.fr en la que la gente escribe las cosas que le ocurren en su día a día y que hacen que su vida sea eso, una vida de mierda. Disfruto. Pero la mejor cosa que Blond Ambition me ha hecho descubrir es Donna Dolores.



Es una pena que la mayoría de vosotros no habléis francés. Y es un drama que no entendáis el placer que provoca oír este acento de Charleroi que transforma la palabra “Aquarium” en “AquariÔm”. Suerte que sí entendéis de coreografías. Y de talento.

Y ahora os dejo, que si la compañía de Blond Ambition es buena, la que tengo esta semana es mejor.

783, sí. Acojona, ¿eh?

Aún recuerdo la mañana (el alba) del lunes 7 de septiembre del año pasado cuando estaba como un poseso (maricón) delante del ordenador esperando que saliese “la canción de Cheryl”.

Resulta que conocí a las Girls Aloud relativamente tarde (cuando sacaron Tangled Up). Fue escuchar Close to Love y hacerme fan del grupo pero, let’s face it; lo que realmente me molaba de él era Chezza. I don’t know why. Supongo que por ser la más guapa. Desde entonces esperaba el día que pisase ella sola un escenario sin las otras cuatro que molan, sí, pero tampoco (me) importan mucho.

Bastó una puta escucha para que Fight For This Love me volviese loco y no tuve oídos para otra cosa ese puto día. Me encantaba todo del tema; el sickH, la estructura que tiene que parece que vaya deslizándose de un verso a otro, el hecho de que a veces crees que está siendo cantada por Janet Jackson, el loOooOve del primer estribillo, las ganas que tenía la pobre Cheryl de salvar algo que estaba condenado como hemos podido comprobar recientemente, esa cruzada anti-cruising con el “love ain’t no walk in the p-oo-aark”, el middle 8 que en un verso resume mi punto de vista sobre la vida: “I don’t know where I’m heading but I’m willing and ready to go” y sobre todo, el último estribillo con ese “No matter how hard it geeeeets” en el que no sabes si Cheryl ríe, llora o simplemente tiene problemas de digestión.

La escuchaba (la escucho) a todas horas y pronto la gente de mi alrededor se refirió a ella como “La canción de Manu”, juas, cosa que me molaba porque sí, era mi canción. Todos tenemos canciones que nos recuerdan a ciertas personas; Bad Romance me recuerda a Rasca y Pica, Por la Noche me recuerda a Ginger, Rincón Exquisito me recuerda a mi amor platónico, Hoy Me Iré de Casa me recuerda a Baby, You Ain’t Right me recuerda a una puta,… Y yo sé que todo aquél que me conozca se acuerda de mí cuando oye los primeros segundos de este tema. Sin ir más lejos, la semana pasada, el pijo del que hablé en mi última entrada (con quien no tengo contacto desde mayo) me envió un sms diciéndome que había escuchado a Cheryl Cole en los 40.

Lo mejor de todo es que a mí me recuerda a estos últimos 6 meses de mi vida, que no sé si serán los más felices pero que sí me han llevado a donde estoy. Y creo que no exagero mucho si digo que hoy en día mi vida es lo más. O por lo menos, lo que siempre quise que fuese.

¿Por qué? Porque he luchado por ello.

Siempre había pensado que acabaría casándome con un tío multimillonario y que pasaría el resto de mis días llegando a casa después de un día chungo en el curro para abrazar a mis pequeñas Paulina y Cherylanntweedy con todo el cariño del mundo, que la chica (“Perdona, ¿cuál era tu nombre?”) mostraría su gratitud infinita hacia mí y mi esposo por dejarla trabajar (como una esclava, eso sí) en una casa decorada con muebles de importación, cuadros de los pintores más en boga del momento y una biblioteca casi, casi tan grande como la discoteca y que pasaríamos el verano en nuestra casa de la playa o haciendo algún viaje es-tu-pen-do y fan-tás-ti-co en el culo del mundo.

Gracias a Dios, no será así.

Hace un año conocí a un chico que sin ser multimillonario, sí que estaba forrado. En nuestra primera conversación me dijo que trabajaba en el aeropuerto - well, that don’t impress me much -, “En unas obras que están haciendo allí. Es que soy ingeniero” -. “Ah”. En ese momento vi el símbolo del dólar en todo lo que tocaba y pensé que ese chico tan guapo, simpático y jatetú, ingeniero, podría ser el padre de mis plantas. Familia de ingenieros (“Bueno, menos mi padrino que lo dejó todo y montó una galería de arte; ese cuadro que ves ahí me lo regaló él por mi santo”), médicos, hombres de negocios, infancia en un colegio privado de Londres, universidad privada en Madrid, piso de lujo en Málaga, veranos en la casa de Sotogrande, viajes relámpago a Ibiza “para pasar el finde con los colegas allí”,… Suerte que yo era mucho más guapo que él porque de no ser así me habría entrado el complejo de inferioridad del siglo con tanta pasta y lujo por todos lados.

Al principio me lo pasaba de puta madre: todo eso era nuevo y de lo más excitante para mí, que me había pasado la vida buscando las ofertas más interesantes del Día. Incluso llegué a pensar que Paulina y Cherylanntweedy podrían acabar llamándose Juanita y Celia. Pero la verdad es que no tardé en aburrirme de él y de su vida en general en la que todo le había sido regalado y por lo tanto, nada tenía un auténtico valor. Todo giraba en torno al dinero y cuando a las pocas semanas de conocernos me comentó algo sobre la herencia en millones de euros que los padres le iban a dejar a él y sus hermanos pensé que teníamos un problema. Por no hablar de sus amigos maricas, pijísimos y tan insoportables que no podía ni siquiera hacer como que me cayesen bien. Sí, siempre había fantaseado con pegar un buen braguetazo pero lo que yo quería era un tío con un par de huevos que hubiese luchado por conseguir lo que tenía y no un niño de papá como él así que un día salí de su piso (repito, de lujo) pensando: “Puedo estar con un gay. O con un pijo. Pero con un gay pijo, nunca más”.

Y ésa es la regla que más he respetado en los últimos meses. Hace pocas semanas, estando en Málaga, Scary me enseña una foto de un conocido suyo al que le molo. El tío está buenísimo y le digo a Scary que sí, que he nacido para conocerle. Me dice: “Ay, Manu, es que encima, le sobra el dinero. Ha hecho un máster en Nueva York y su madre trabaja en…”. No la dejé acabar la frase y le dije que no quería más pijos en mi vida. “De verdad, nena, no van conmigo”.

Esa misma noche salí con Posh y me entró un chico que conocía de vista desde hace años pero con el que nunca había hablado hasta entonces. Cuando le pregunté si no tenía calor con la sudadera que llevaba en medio de una discoteca llena de gente me soltó: “Es que no me la puedo quitar porque me huele el sobaco a amapolas”. Fascinación pura. Acto seguido, me empezó a contar su vida, mencionando que de pequeño solía ir a la cárcel a visitar a su madre, ex-yonki. Más fascinación.

Esos sí que son los tíos que me molan; diferentes, descarados, chungos, faltos de cariño. Y pobres.
Pero tíos de verdad.

Y este lunes de resaca por el quinto César de DIOS, that is, Isabelle Adjani, por un papel en una película que cuando la vi me pareció hasta malucha no se me ocurre otra cosa mejor que poneros que una review de un discazo que tiene casi dos años. Los que me conocen sabrán que es como si tuviese dos semanas, jeje.

1. If this is love: Las Sats se quejarán de que les haya ido mal en ventas (probablemente no saquen un tercer álbum) pero ¿a quién se le ocurre empezar una carrera en pleno 2008 sonando a los S Club 7 de 1999? Lo bueno de esta canción es que sirve para darnos un pequeño gusto de lo que va a ser el grupo: Mollie y sus susurros pueden ser la nueva Kylie, Vanessa chilla como si fuese una Aguilera pero sin la voz de ésta y Rochelle tiene la voz más sexy del mundo. O la misma voz que Kelly Rowland, depende de cómo lo mires.

We’re both going to get hurt if this is love.

2. Up: Un sonido de consola, como de electrónica pseudo sofisticada hecha por y para nenazas, unas estrofas un poco rollo pero la parte que lleva al estribillo mola más que el estribillo en sí, cosa que pocos temas consiguen (probablemente porque ninguno se lo propone). El estribillo en cuestión es muy de bailarlo posando mientras tus amigas te hacen fotos en la discoteca y eso lo hace grande. To sum up, es un Something Kinda Oooh con valium.

I only go up, up!

3. Keep Her: Parece un tema que Lisa Stanfield grabó en los ’90 y que Roch’ (¡así la llaman en publispain!) y sus amigas se apresuraron a rescatar cuando supieron que sacaban disco. Es muy de bailar a lo George Michael, o sea, dando palmas al final de cada verso y con chasquidos de dedos de negra chunga con un nombre tipo Shaquillah o Pifanny que es la que se sienta a su lado. La Pifanny tiene todo el pelo recogido en una coleta a un lado de la cabeza. ¡Lo más!

Shut up and read my lips cause boy you make me sickH.

4. Issues: Anda, ¡una balada! Recuerdo que vi el vídeo de este tema en abril del año pasado y estuve como una mañana sentado delante del pc enamorándome de los ojos de Una. De sus ojos y de ella, vamos. Típica, tópica, “te quiero pero eres un cabrón”, sin sobresaltos, sin sorpresas. Lo más gracioso que tiene son los paraguas de colores del vídeo y que antes de leer la letra yo escuchaba “stab you” en vez de “slap you”, jojó.

Can’t decide if I should slap you or kiss you.

5. Lies: Un rollo.

Me lo paso por la rajeta der koño, ¿mentiendeh?

6. Work: Una de las mejores canciones de todos los tiempos. No tiene nada especialmente novedoso aunque tampoco tiene el tufillo (perdón, perfume) a producción noventera del resto del álbum. Me encanta el mensaje de “Cúrratelo un poco si quieres estar conmigo”. Btw, la voz de Rochelle en el middle 8 me parece lo más sensual del universo. Y mira que odio a Vanessa pero esos “Work, work, work, work!” repetidos al final de la canción son DIOS. Mi favorita. Ever.

Ready? Set. Go!

7. Chasing lights: Huele a atardecer en la playa. A tumbarte sobre una toalla y ver la vida pasar. No sé lo que tiene que, aunque te esté hablando de relaciones que terminan (mal), parece que te están contando el principio de la historia más bonita del mundo. De hecho, hasta hoy que me he parado a leer la letra no me había dado cuenta del dramón que les había tocado pasar a las niñas con sus ex’s... Eso sí, me recuerda a las canciones que William Orbit les produjo a las All Saints a finales de los noventa y me pregunto en qué siglo viven las (pequeñas) mongos éstas.

Go on, go on, go on, … bye bye.

8. Set me off: Para este tema las Sats ya han avanzado con su particular máquina del tiempo y han llegado al 2003, cogiendo este descarte del Body Language de Kylie. Una Kylie que, con Vanessa de por medio, tiene que volverse más chillona por cojones. Más sonido de consolas, más… Ah, no, no hay nada más. La canción pasa sin que te des cuenta así que más le vale tener una letra cojonuda para que por lo menos tenga razón de ser.

I don’t wanna but my fuses are about to blow.

9. Fall: La canción de desamor más bonita de todos los tiempos. Las niñas se ponen a cantar como si fuesen cantantas de verdad y no las meras componentes de una girlband de tercera. La atmósfera de típica balada de Diane Warren, la producción más vista que los modelos de Lady Gaga, los gritos de zorra (“te lo digo para cuando me veas por la tele”) de Vanessa,… no importan. Lo único que importa es la letra que lo dice absolutamente todo.

I had your back in the answers...

10. Vulnerable: Suena diferente por mucho que sea más de lo mismo. Tiene un toque elegante que no tienen las demás y la letra cuenta esa historia tan poco vista en el mundo del pop de la chica que juró que nunca se volvería a enamorar después del tío al que le dedica Fall y que un día conoce a uno que la vuelve loca. Molaría mucho si fuese una cara B pero en el disco, entre tanto temazo, queda muyyyy sosa.

I’m trying to love like I’ve never been hurt.

11. Why me, why now: Es la primera canción del grupo que me llamó la atención y la culpable de que hoy en día sea fan. Existen unas 500 versiones de este tema entre demos y filtradas y la que más me mola es la que tengo en el iPod, que no tiene mucho que ver con la que vienen en el álbum. Es muy naïf, muy quinceañera, muy de escucharla cuando vuelves de una fiesta y sientes que has conocido al tío que va a cambiar tu vida. O tu mes. O sea, es lo más.

As the party is over I try not to think about you-u-u-u…