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Después de dos discos perfectos (a Stripped le sobraban 2 canciones y a Back to Basics 41770, sí, pero ambos tenían una cohesión, una actitud y sobre todo, un contenido capaces de justificar lo ridículamente pretenciosos que eran), Aguilera nos lanza a la cabeza su primera obra menor, Bionic.

Todavía es pronto para hacer una review en toda regla (más que nada porque no entiendo todas las letras y porque quiero que ese Bonus EP mejore la opinión que tengo del disco) pero después de dos días escuchando el álbum tengo un par de cosas que gritarle al mundo a través de éste, mi humilde (in an Aguilera way, juas) blog.

Christina empezó a crear nombrando a colaboradores que a sus fans de siempre no nos sonaban porque bastante tenemos ya con escucharla a ella, a Madonna y a Gaga pero que parecían encajar perfectamente en lo que pintaba ser un álbum ligeramente indie, alternativillo (sabíamos que no era Amparanoïa pero pensábamos que se iba a alejar de terrenos facilones y comerciales como Can’t Hold Us Down o Beautiful) y evidentemente pedante (It’s Christina, bitch!), cosa que a sus fans nos encantaba porque si en una entrada suya Enric dijo algo así como que él era un poco como Britney, los fans de Christina también somos un poco como ella y no tenemos ni idea de nada… pero nos creemos la segunda venida de Jesucristo.

A lo que iba; Aguilera empezó a hacer el álbum prometido y parece que en pleno proceso de grabación se dio cuenta de que en estos años en los que ha estado en casa pensando cómo podía dejar al mundo boquiabierto con un disco conceptual (mmmhhh) y futurista (ja-ja), un millón de cantantas nuevas han salido a la luz y se están comiendo el mundo. Por no hablar de las de siempre, Britney y Beyoncé, que se han estado marcando media docena de hits (cada una) en estos últimos años. Entonces llamó a Polla Da Pon y C. “Tricky” Stewart para que le diesen unos temas que no tenían nada que ver con lo que estaba preparando pero que le asegurarían un par de top5 en el Billboard.

Y estos le han dado mierdas. Así de claro. Not Myself Tonigt, I Hate Boys, Prima Donna y Desnúdate son cuatro de las peores canciones jamás grabadas por Christina (sin contar ese first álbum que nunca he escuchado). No entiendo cómo en un mundo en el que Lady Gaga hace temas en los que las estrofas, pre-chorus y middle 8 son igual de adictivos y fascinantes que los estribillos, Aguilera se atreve a poner cuatro canciones carentes de melodía, de producción relevante y letras interesantes en un disco. No lo entiendo.

Sobre lo que en mi iTunes va a ser este album, os diré que Glam tiene un pase, que WooHoo caducó en 2006 pero aún así me fascina, que Vanity es tan mala que llega a ser buena y que My Girls sería una cara B molona, a la altura de King or Queen de Kylie. Luego están Bionic y Elastic Love. Cumplen lo prometido y espero que los temas de la edición deluxe se parezcan a ellos. Y sí, las baladas de Sia son bonitas aunque I Am es la única que realmente me aporta algo.

El único tema capaz de hacerme darle al repeat varias veces seguidas es Lift Me Up de Linda Perry. Resulta curioso que lo que en principio parecía un tema metido con calzador para hacerle un favor a su amiga y así darle dinerito a través de los derechos de autor haya resultado ser mi tema favorito (de lejos). Lo único parecido a un clásico pop (es una canción muy de entierro, ¿no?), lo único que pueda hacer algo en el top10 del Billboard.

Christina, para el próximo album en 2016, lo suyo sería que te dejases de tonterías e hicieses un album de baladas. Con Linda Perry, sí.