Chronic dissatisfaction. That's what you have.

Posted by MAN | Posted in , , , | Posted on 2:55


“Estás como un cencerro” – me dijo.

Me sonrió. Yo le sonreí también. Le besé. Sabía que tenía razón; siempre me había faltado (o sobrado) algo y al conocerlo a él puse determinadas cosas en su sitio, lo que en este caso significa que desordené todo lo que tenía más o menos ordenado.
Me hizo mucha gracia que fuese precisamente él quien hablase de mi supuesta falta de cordura. Él, que estaba tan zumbado que en vez de miedo, me provocaba casi fascinación.

No buscaba nada cuando lo conocí. Más que nada porque llevaba la vida entera detrás de una relación así y había llegado a la conclusión de que nunca nadie me la daría. Además, tampoco imaginaba que él tendría intención de ir más allá del rollo que en un principio teníamos. Pues bien, me equivoqué y gracias a él viví una historia única.

Pensaba que me costaría la vida desengancharme y aceptar el hecho de que no formábamos una sola persona. Llegué a casa una noche y al acostarme seguí haciendo planes, imaginándome el futuro con él. Dormí muy tranquilo. Por la mañana recordé una frase suya que el día antes me excitó pero que en ese momento me asustaba al hacerme entender cómo podía acabar aquello y decidí no llamarle más.

Dejé atrás una historia corta e intensa que me ha marcado como ninguna otra por lo especial que fue. Porque cuando llegué a él estaba harto de flores, de bombones, de fines de semana románticos y lo que quería era vivir al borde del abismo, como Marta en Soy yo. Con él me pasó eso. Y cuando lo dejé (o lo dejamos, cómo quiera que realmente fuese) me fui siendo un hombre mucho más satisfecho y realizado.

Eso también es amor, ¿no?

Comments (1)

  1. Me ha encantado este texto!!

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